domingo, 17 de octubre de 2010

Life

Ayer, por la noche, fui a un concierto en un pub de esta pequeña ciudad. Hasta ahí bien ¿No? Era algo normal, nada especial, voy a muchos puesto que tengo un amigo que sonoriza allí y suelo ir a hacerle compañía.


Lo diferente de esta vez fue el “porqué” de dicho concierto… un porqué que me emocionó. Era para una chica, una chica enferma de cáncer, un concierto para alguien que en sus propias palabras nunca había estado en uno.
El lugar estaba a rebosar de gente, amigos, familiares y algunos ajenos a todo ello como yo mismo… pero creo que todos estábamos unidos, todos estábamos, cuando sabíamos el motivo del concierto, emocionados, sonrientes…

Antes de que empezaran a tocar, el líder de la banda subió al escenario y nos contó una pequeña historia sobre esa chica… la describió, habló de ella… todo muy emotivo, directo al corazón… y personalmente me costó reprimir alguna que otra lagrima por lo bonito que fue; pero no queda todo ahí, no a donde quiero ir a parar…

Durante el concierto pude ver a la chica, que estaba en primera fila… la vi con su pañuelo blanco y rojo cubriendo su cabeza… pero también la vi sonriendo, de oreja a oreja… una sonrisa radiante, una sonrisa de verdad… desde ese instante empecé a admirar a esa chica y a aprender de ella.
Todos nos quejamos por cosas, lloramos por otras y maldecimos por otras cuantas… (y yo el que más) pero viendo la actitud de una persona tan enferma, esa actitud fuerte decidida, llena de determinación… esa sonrisa, esa mirada llena de vida… me cago en la puta, eso es echarle cojones a la vida y no lo que muchos hacemos. Me quedé maravillado, de verdad… poco más puedo añadir, creo… salvo que muchos nos quejamos de vicio, y con muchos quiero decir todos, y con todos quiero decir yo mismo el que más… y yo, que soy una persona inquieta y siempre ando reflexionando puedo decir que por fin, he encontrado mi punto de inflexión; obviamente tendré mis bajones tontos y sin sentido, pero que mierda, hay que echarle más huevos; no merece la pena no disfrutar de la vida por culpa de estar solo y sin cierta persona, la vida sigue, y hay muchas puertas que abrir además de muchas hostias que darse, así es la vida, el eterno equilibrio entre tristeza y felicidad… la diferencia estriba en que lado queremos vivir.

Sé que nunca leerás esto Sandra (más que nada por lo improbable que es que llegué a este blog), pero muchísimo animo, fuerza y suerte. Un abrazó.

3 comentarios:

  1. Espero que tenga mucha suerte con su enfermedad.

    Y que a ti te valga, es lo que llevo diciendote... desde siempre. Pero por fin lo has captado profundamente. Me alegro y espero ver los resultados :D

    ResponderEliminar
  2. Creo que esta es mi publicación favorita hasta el momento :)

    ResponderEliminar
  3. Esto me ha gustado, tío. De veras. Un besazo desde el quinto pino :)

    ResponderEliminar